Para mejorar su estado de salud, la técnica ha sido aplicada a los seres humanos desde mucho tiempo atrás: las lentes para mejorar su visión, las primeras ortesis -como el perdurable bastón o el cayado de Moisés-, las prótesis que reemplazan caderas o rodillas desgastadas -recordemos las patas de palo de los piratas o el gancho metálico de los que habían perdido sus manos-; en el diagnóstico, aquel "diga 33" que el médico exigía mientras auscultaba ha sido reemplazado por el diagnóstico por imágenes.

Todas estas aplicaciones de la técnica, de la ingeniería biomédica, ayudan al ser humano a recuperar funciones perdidas, pero no lo transforman, es decir que no alteran el conjunto de características que lo definen como humano. Esto hoy ha sido sobrepasado.

Hay aplicaciones de la técnica que modifican al ser humano hasta transformarlo en otro ente, parecido pero no igual. La ingeniería genética o los trasplantes son un claro ejemplo. Y aparecen dos temas para la Bioética: el aspecto moral de emplear avances tecnológicos para conservar o recuperar el estado de salud de todo ser humano, y el del transhumanismo y poshumanismo consecuente de otras herramientas técnico-científicas que exceden lo biomédico: la cibernética, el ciberespacio, la robótica, la inteligencia artificial que transforman al ser humano.

Ante esa realidad, Fundación Jaime Roca convocó a cuatro destacadas figuras de la Bioética a una mesa de debate sobre estos temas, que hoy hacemos llegar a ustedes, a través de nuestro canal de you tube, haciendo click en el link

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